Querido Antonio:

Hoy me he despertado con la triste noticia de tu enfermedad: cáncer.

     Dices que es "de difícil extirpación y que tu cuerpo es el campo de batalla de una guerra que libran la quimioterapia, la radioterapia y el cáncer, y en esa guerra todos van a matar."

Los que hemos ido leyendo tu obra sabemos que eres un gran luchador y seguirás siéndolo, confiamos en lo que tú has dicho: “trataré, con todo, de defraudar a la muerte una vez más: la última.”

Eso espero, que la defraudes y que la ahuyentes unos años más, róbale al tiempo cada minuto y no nos prives de ti, de tu persona, de tu grandeza, de tu poesía.

     Con tus palabras has enriquecido la literatura, y sobre todo, los corazones de tus lectores. Nadie como tú se metió tanto en el corazón de una mujer para desentrañar sus pasiones; nadie como tú nos hizo sentir que la poesía es pasión y ternura.

     Amigo Antonio: hoy me voy a tomar la libertad de llamarte amigo por “culpa” de un sueño que tuve hace años, en el cual, como viejos amigos, ambos paseábamos por las calles empinadas del Castillo de Onda cogidos del brazo, riendo y hablando de poesía. Fue tan real, que es como si te conociera de toda la vida, y es que en parte te conozco  a través de tus libros, aunque tú no sepas nada de mí ni sepas que existo.

     Soy una más de esas personas anónimas que te leen,  que han sentido contigo a tus personajes,  que han vibrado con tus palabras y sentimientos,  que leyéndote  aprendió amar la poesía.

 Yo sólo soy una más.

      Pero hoy, quitándome la capa de invisibilidad quiero decirte: amigo Antonio, estoy contigo en tu lucha.

                                                                                                                                                         Esperanza

CITAS DE ANTONIO GALA

“La soledad del que está solo no es la peor, porque aún le queda la esperanza; pero a la soledad del que está acompañado por quien no le corresponde, sólo le queda la desesperación.”

“El hombre no es nada: una chispa que cruza y que se extingue sin haber compartido su calor. Nada, si no se pone de acuerdo con las otras chispas en aquello que debe ser creído. Nada, sino lo que él mismo se proponga.”